Traer un cachorro a casa es una de las decisiones más emocionantes que puedes tomar… y también una de las más desafiantes. Ese pequeño ser adorable no solo va a robarte los calcetines, también tu corazón (y tus horas de sueño). Si estás a punto de embarcarte en esta aventura, aquí tienes una guía realista y práctica para prepararte y hacerlo bien desde el principio.
¿Estás realmente preparado? Una decisión que no es un capricho
Antes de lanzarte a buscar un cachorro en adopción o a través de un criador, tómate un momento para pensar. Un perro no es un juguete, es un compromiso que puede durar más de 15 años. Piensa en tu estilo de vida, tus horarios, tu situación económica y tu entorno.
¿Tienes tiempo para pasearlo varias veces al día?
¿Puedes afrontar gastos como veterinario, comida, vacunas, seguro y más?
¿Tu casa es segura y adecuada para un perro?

Si la respuesta es sí, ¡enhorabuena! Vamos al siguiente paso.
Preparar la casa: su nuevo territorio
Tu cachorro va a explorar cada rincón, así que más vale que esté listo para su llegada. Aquí van algunos básicos:
– Espacio seguro para dormir (una camita o transportín cómodo)
– Comedero y bebedero
– Juguetes para morder (porque lo va a necesitar, y tú también si no quieres que muerda tus cosas)
– Valla o parque si quieres limitar el acceso a ciertas zonas
– Productos de limpieza a mano (no preguntes, solo tenlos)
– Identificación: placa con su nombre y número de teléfono
Alimentación: ni sobras ni improvisación
Los cachorros necesitan una dieta específica según su edad y tamaño. Compra pienso de calidad formulado para cachorros y consulta con el veterinario la cantidad y frecuencia adecuada. Nada de darle tus restos del almuerzo, su sistema digestivo aún es muy delicado.

Veterinario: su mejor aliado desde el primer día
Llévalo al veterinario en sus primeras 48 horas contigo. Además de revisarlo, te dará el calendario de vacunación, desparasitación y te hablará de cosas como el microchip (si aún no lo tiene).
Guarda sus vacunas, papeles y tratamientos en una carpeta o app. Cuanto más organizado estés, mejor.
Los primeros días: paciencia y rutina
No esperes que entienda las normas desde el primer momento. Los cachorros lloran, muerden, se hacen pis donde no deben y prueban tus límites constantemente. Lo más importante que puedes ofrecerle es estructura y amor.
Crea una rutina: paseos, comida, juego y descanso en horarios similares. Esto le dará seguridad. No lo castigues si comete errores; prémialo cuando haga las cosas bien.
Socialización y aprendizaje: empieza pronto
El mejor momento para socializar a un perro es entre las 3 y las 14 semanas. Que conozca personas, perros tranquilos, ruidos, objetos… todo suma para que no desarrolle miedos innecesarios.
También puedes empezar con comandos básicos como “siéntate”, “ven” y “quieto”. Usa refuerzos positivos, nada de gritos ni castigos físicos.
Errores comunes que deberías evitar
– Dejarlo solo muchas horas desde el principio
– No establecer reglas claras desde el primer día
– Cambiarle el pienso de golpe
– No acudir al veterinario a tiempo
– Usar el castigo en vez del refuerzo positivo
– Sobreprotegerlo: también necesita frustrarse y equivocarse para aprender
Conclusión: Un cachorro cambia tu vida (y tú la suya)
Tener un cachorro es una experiencia inolvidable. Vas a reír, frustrarte, dormir poco y aprender muchísimo. Pero sobre todo, vas a formar un vínculo único con alguien que estará siempre ahí para ti, con el corazón más noble del mundo.
Si lo haces bien desde el principio, estarás construyendo la base de una relación maravillosa y duradera. ¡Y créeme, todo esfuerzo vale la pena!