Viajar con tu perro puede ser una de las mejores experiencias si sabes cómo prepararte. Ya sea que vayas a la montaña, a la playa o de visita familiar, tu peludo también necesita su propia maleta (aunque no sepa empacarla). Aquí te cuento todo lo que debes tener en cuenta para que el viaje sea cómodo, seguro y divertido para los dos.
Antes del viaje: planificación canina en marcha
Antes de salir a la aventura, asegúrate de que tu perro está en condiciones de viajar. Una visita rápida al veterinario nunca está de más, especialmente si va a ser un trayecto largo o si el destino implica cambios de clima o altitud.
Revisa también que lleve su microchip actualizado y que las vacunas estén al día. En muchos países y comunidades autónomas esto no es opcional. Lleva contigo su cartilla sanitaria, especialmente si cruzas fronteras.
¿Viaje en coche? Que sea como en casa, pero con cinturón
Para muchos perros, el coche es sinónimo de emoción. Para otros, un generador de babas y ansiedad. En ambos casos, la seguridad es lo primero.
Tu perro debe viajar sujeto con un cinturón especial anclado al arnés, o dentro de un transportín firme y bien ventilado. Nada de llevarlo suelto ni en el regazo. Además de ser peligroso, te puede multar la Guardia Civil.

Haz paradas cada 2-3 horas para que estire las patas, beba agua y haga sus necesidades. Y nunca, pero nunca, lo dejes dentro del coche con las ventanas cerradas, ni siquiera “cinco minutos”.
Viajar en tren o en avión: cada uno con sus reglas
Si viajas en tren, Renfe permite llevar perros de hasta 10 kg en transportín en trayectos de AVE y Larga Distancia (aunque están haciendo pruebas para permitir perros grandes). En Cercanías, suelen poder ir sin transportín, pero siempre con correa corta y bozal si es necesario.
En avión, las condiciones varían según la aerolínea. Algunas permiten perros pequeños en cabina, otras solo en bodega. Asegúrate de leer bien las condiciones y elegir una aerolínea con experiencia en transporte de animales.
Destino pet-friendly o desastre asegurado
Antes de reservar, asegúrate de que el alojamiento acepta mascotas y de qué condiciones ponen. Algunas casas rurales, hoteles o apartamentos permiten perros, pero con restricciones: peso, número, suplemento por noche…
Busca también lugares cercanos donde pueda pasear, correr o hacer sus necesidades sin problema. Nada peor que llegar y darte cuenta de que el parque más cercano está a 40 minutos.
La maleta de tu perro: no olvides lo básico
Sí, tu perro también necesita su maleta. Estas son algunas cosas que no deberían faltar:

– Comida suficiente (no todos los lugares venden la misma marca)
– Bebedero y comedero portátiles
– Correa y arnés/collar
– Bolsas para recoger sus necesidades
– Toalla propia
– Juguete favorito o manta con su olor (le dará seguridad)
– Documentación sanitaria
– Transportín si hace falta
– Repelente antiparásitos (muy importante en zonas con garrapatas o mosquitos)
Consejos extra para una experiencia 10/10
– No cambies su dieta justo antes o durante el viaje. Los estómagos sensibles no son buenos compañeros de carretera.
– Si tu perro se marea en coche, consulta con el veterinario. Hay medicamentos seguros que pueden ayudar.
– Intenta mantener sus rutinas: horarios de comida, paseos, descanso. Eso le dará sensación de control.
– Si vas a hacer turismo, planifica qué actividades podrá acompañarte. No lo dejes solo en sitios que no conoces.
Conclusión: Con tu perro, el viaje es mejor
Viajar con tu perro requiere planificación, pero la recompensa es enorme. Compartir nuevos lugares, ver cómo explora con curiosidad y saber que no has tenido que dejarlo atrás, hace que todo valga la pena. Con una buena preparación y un poco de flexibilidad, tus vacaciones pueden ser inolvidables para los dos.